Guardianes de FE
Capitulo 4
“Simensis”
-¡Vamos! ¡Pídele su numero!- dijo Arturo mientras tomaba cinco libros nuevos de la librería “Facilis” el nombre Kate Loir era mas grande en la portada que el propio titulo del libro.
-no, olvídalo- dijo Demian sin sentido de humor
-¡vamos hombre! La chica es suave… sexi… ¡mírala!- Arturo comenzó a apuntar a la chica pelirroja que miraba seriamente la portada del libro “amanecer”
-¿Por qué no lo haces tu?, te ha llamado mas la atención que a mi, a demás los libros de fantasía no pegan conmigo-
Demian no parecía de buen humor, la misión que debía realizar para poder sobrevivir le estaba tomando demasiado tiempo, debía de alguna forma decirle la verdad a Arturo, si el no era sus “simensis” entonces de nada sirve seguir con todo aquello, si el le acompañara seria todo mucho mas fácil de sobrellevar
Se colocaron en la fila de autógrafos de Kate Loir y Arturo parecía una chica adolescente abrazado de sus libros y dando saltitos nerviosos.
-¿Qué le preguntaras? – pregunto Demian para abandonar sus pensamientos.
-no lo se… mmm..... ¿tendrá una hija?-
-¿Qué se yo?-
- le preguntare sobre porque John se quiso volver vampiro si su amada Lucy era lobo, no lo entiendo- dijo Arturo
-Pienza que el “amor imposible” es lo que los alimenta, hoy en día los adolescentes solo leen ese tipo de novelas y luego se preguntan porque son tan depresivos-
-no todos leemos “el mundo feliz de Demian” ¿bien?-
Demian río un poco con el comentario de Arturo pero pronto el silencio los inundo a ambos. Dejaron que simplemente la fila corriera para que pudiera ser su turno.
Falie sabia de el y al parecer demasiado, y ¿Cómo podría ser esto? Solo la había visto unas 3 veces, pero ella realmente supo como convencerlo las simples palabras “Dale a tu vida un sentido” fueron mas que suficientes.
Ya se había artado de fingir ser alguien que no conocía ya era tiempo de vivir su vida y debía encontrar la forma de que Arturo le creyera y no corriera de su lado como un condenado.
La fila por fin los arrojo frente a Kate Loir.
-Hola soy Arturo Fallynes y ¡soy tu mayor fans!- dijo Arturo todo emocionado.
-todos lo son- dijo ella fríamente.
Ella era la encantadora anciana que parecía haber criado sus hijos con el amor y paciencia materno, peor en cuanto te hablaba lamentabas la existencia de sus hijos y comenzabas inconcientemente a imaginarte las tortuosas horas en que los niños estudian, tan estricta como se veía y escribía absurdas historias para adolescentes.
Arturo se concentro en hacerle la pregunta pero Demian seguía cambio de un pensamiento a otro “Ángeles, profetas, caídos, demonios” esto no parecía tener fin y aun así desea que fuera fácil de explicar.
-Siguiente- dijo la anciana
-Señora Kate, mi nombre es Demian, es un placer conocerla- ella pareció perpleja al mirarlo.
-tu… ¡eres exactamente como imagine a mi personaje! John-
-gracias por cumplido-
-Mira, te cuento un secreto, mi libro se ira ala pantalla grande déjame tu numero y yo me encargare de que…-
-no- dijo Demian cortante.
-no seas sin respeto, Demian! ¿No te das cuenta? Actúa, ¡actúa!- dijo Arturo
-bien, como quieras, - la anciana cambio su humor y volvió a colocarse su mascara de “estricta”- ¿bien tienes alguna pregunta?-
-¿usted cree en lo que escribe? Me refiero a si usted tiene algún conocimiento básico de los seres mágicos-
Todos en la librería comenzaron a reír y en esto se les sumo Kate
-eres simpático, Demian, el infantil John de mi historia, pero los seres mágicos jamás van a existir y será mejor que madures.-
-¿¡Que pregunta fue esa!?- Dijo Arturo mientras caminaban por el parque “fuente azul” que estaba frente la librería
-Cállate- exigió Demian y se apoyo en los límites del puente que cruzaba el río, dando le la espalda a los patitos que cruzaban por el agua.
-enserio, estas raro, ¿realmente no me querías ver?, has estado ignorándome- dijo Arturo parándose enfrente del.
-“Darle un sentido a mi vida”-
-¿Qué?-
- ¿Qué piensas sobre eso?-
-bueno déjame meditarlo…- Arturo se apoyo junto a Demian en el limite del puente y comenzó a mirar hacia el horizonte de los edificios, su cabellera negra era movida por el viento y algún pensamiento se ocultaba detrás de sus gafas de sol oscuras, seguramente sus ojos cafés estaban cerrados. Se acomodo los lentes sobre su cabeza y por fin mostró su cara
-Si lo asemejas a tu vida, te cae de guante. Pero si te refieres ami… es diferente-
-¿Por qué?-
-Volví a caer- dijo Arturo y esta vez miro a Demian a los ojos.
-¿te refieres a las drogas?-
-¿Qué dices? No, me refiero al avance de la leucemia, ya no me queda tiempo, y ahora que lo pienso si realmente quiero darle un sentido a mi vida quiero disfrutarlo contigo, ¡ya no mas chicas que nos separen!-
-eso suena… muy gay, ¿estas bien?-
-si, estoy bien- se río Arturo- y eres un asqueroso-
Hubo un momento de silencio, cuando Demian miro el suelo vio como su sombra se alargaba por la puesta de sol “La apuesta de sol de Amarie” se dijo así mismo y se dio cuenta que eso fue el recordatorio, debía actuar rápido especialmente ahora que Arturo le había dicho sobre su enfermedad, los seres mágicos deben tener ya alguna cura para eso y el daría su servicios para su mejoramiento.
-Tu necesitas un sentido- dijo aturo rompiendo el silencio – Has estado por años intentado seguir los pasos de tu madre y… bueno es un tema delicado, ella era profesora de literatura y decidiste estudiar eso, tocas el chelo igual a como ella debió tocarlo y cosas por el estilo, jamás te ha gustado enseñar ni tampoco el chelo, así que tu madre controla tu vida siendo que ella ya no esta aquí-
Demian sintió el Sueve latido de su corazón herido sentimental y físicamente.
-entiende, eso no la hace vivir-
El momento de silencio que siguió fue como si el tiempo si hubiera detenido, la razón de su vida sierre fue ser su madre ya que jamás la conoció deseo de corazón ser como ella para comprenderla pero de apoco se vio mas y mas encarcelado en la mascara que debió colocarse y ahora debía si o si librarse de ello.
Dos chicas Pasaron frente a los dos y Arturo dio un silbido
-Las amo chicas- Arrastro las “S” al final de la frase y esto hizo reír a Demian.
-Amo este parque- comento Arturo –Hermosas chicas por todos lados-
Las chicas respondieron al “saludo” que Demian hizo con su mano y se fueron riendo entre ellas.
-¿Qué piensas hacer?- pregunto Arturo volviendo al tema, parecía como si de momento supiera todo lo que había pasado hace días.
-Artur… somos amigos hace años-
-17 para ser exactos-
-Bien… tu…necesito que me ayudes-
-¡Hasta que hablas! vamos tengo mi hombro cuéntame que pasa-
Demian dio suspiro y largo todo aquello que le había ocurrido desde que tubo su primer día de clases hasta lo que paso en la mañana y Arturo no parecía dar muecas de risa ni nada, lo escuchaba detalladamente todo.
-¡Esto es una mierda!- dijo finalmente Arturo y toda esperanza murió en esa frase.
-Lo sabia no me creerías-
-no, Demian, te creo del alma, me refería a esa chica, Falie, no me inspira confianza y esa Jeiz párese sexi… ¡pero no es el tema!-
-Observa- Dijo Demian abriéndose la camisa hasta la cicatriz
La cara que puso Arturo fue una extraña mueca de asombro.
-¿Guardianes de fe? Estas loco – Dijo casi riéndose
- ¿es prueba suficiente? Jamás me haría algo así-
-estoy de acuerdo, esa marca no es nada normal- dijo y acerco su dedo para tocarla pero Demian lo detuvo.
- se supone que esto… también te concierne a ti –
-¿crees que soy tu?.... lo que te dijo el hada-
-simensis, si – Saco de su bolsillo el anillo y se lo entrego a Arturo.- estoy seguro de ello-
Arturo miro el anillo que estaba en su palma, de la manera mas filosófica que se podía ver.
El chico extrovertido de siempre no estaba ahí.
-Demian, estoy enfermo, muriendo…- intento excusarse.
-tengo la sensación de que te ayudaran, estoy seguro-
-pero ¿y si no? Solos seré un estorbo –
Los ojos de Arturo se llenaron de lagrimas, nunca hablaba de su enfermedad y cuando lo hacia siempre había sido en su presencia, el lloraba por su cruel destino aun que persona que le conociera siempre diría que el es el optimista del año.
- y ¿yo?- Pregunto Demian y Arturo dio una sonrisa ladeada.
- Necesito pensarlo- dijo Arturo- yo… -
No dijo más y decidió irse.
Con el corazón el la mano Demian lo vio retirarse como la ultima vez que se separaron.
Salio corriendo con la sensación de que Demian jamás apartaría la mirada de su paso, eso le hería.
Cruzo el parque hasta la otra venida agotándose de no haber respirado correctamente al ritmo cardiaco, tubo que detenerse, y al exhalar el aire que hería su garganta, pensó en aquellos años donde al mirar hacia atrás vería en el mismo estado a Demian, siempre siguiéndole en silencio, mostrando su presencia mientras el se enfadaba de todo.
No miro hacia atrás, sabia que el no le había seguido, ambos estaban alejados y todo había sido su culpa.
Anne fue la mujer de su vida y jamás pensó que ella arruinaría gran parte de ella hasta que Demian le entro en razón de cuantas veces le había engañado.
Era una perra y gracias a ella aquellas costumbres que tenían de niños habían muerto.
“la amistad no se recupera” pensó para sus adentro.
-¿Eso piensas?- se escucho una suave voz.
De un sobresalto comenzó a buscar a quien le hablaba sin ver mas que personas haciendo lo Sullo, una madre paseando el coche de su bebe, un padre enseñando a su hijo a jugar futbol, etc.
-Crees que el no te perdonaría, pero entonces ¿para que vino?- continuo la voz.
-¿¡Quien eres!?- grito Arturo sin importar que pensaran las personas cerca del
- ponte el anillo y podrás verme-
-¿Crees que esto es el señor del anillo o algo por el estilo?-
La voz río.
-Ponte el anillo idiota o las personas pensaran que estas loco-
Arturo dudo, ya se sentía totalmente loco.
Miro el anillo que sostenía fuertemente en su palma apretada.
Lo ajusto en su dedo corazón y este callo a la perfección.
Su visión no cambio en nada, ecepto por la chica que tenia frente a el.
-hola- dijo la chica acomodando su cabello detrás de su oído.
Ella era increíblemente pálida y hermosa, “igual a el” pensó con orgullo.
-¿hola? – pregunto Arturo extrañado.
-Ahorrare los detalles, se lo que paso allá y se lo que me va a pasar si tu no le crees al rubio-
-se llama Demian-
- lo se, yo lo reclute-
-¿Quién eres, que es esto?-
-muchas preguntas, no vengo a responderlas, ya la se todas, esto se volvió una costumbre-
-¿Tú eres….?-
La chica comenzó a caminar devuelta al puente
-Mi nombre es Jeiz, tu nombre es Arturo, eres un lobo-
-soy humano- exclamo con enfado.
-mira tu anillo-
Arturo lo miro, las letras grabadas en fuego centellaron “Lobo”
-Ahora eres parte de los “Guardianes de Fe”, bienvenido y pronto tendrás tu primera transformación-
-¡¿Qué?! Espera, ¡esto fue sin mi consentimiento!-
Ella se detuvo en seco, y sus ojos encontraron los de Arturo.
La extrañeza de sus ojos lo cautivo, sintió como su estomago parecía un nido de mariposas y estas le traicionaban provocándole mas miedo del que ya tenia.
Esa mirada venia con una orden “obedecer”, no por que puede que haya estado hipnotizado o algo así, si no que esos ojos eran demasiado reveladores y ella estaba perdiendo la paciencia.
- ¿No quieres recuperar la amistad de Demian?-
-si- respondió con firmeza.
-¿Quieres dejar de pensar que algún día despertaras y tendrás que usar la ayuda de un ventilador para respirar?-
La segunda pregunta fue hiriente, o como el le diría “dio en el clavo, un doloroso clavo mal puesto”, no se permitió una respuesta.
-Podemos hacer algo, piensa que esto te favorece demasiado, te evitas demasiados problemas y, te ofrezco una nueva vida, donde tus errores serán parte de tus victorias-
Ella extendió su mano.
-¿Porque me ayudas?- pregunto con ironía.
-a ti no te ayudo, ayudo a Demian, agradece que es un cobarde al no seguirte, patearte el culo y convencerte de que seas su simensis-
-¿Que tengo que hacer?-
-¿Sobre tu enfermedad?-
-no, para ayudar a Demian-
Jeiz hizo una cara de repulsión.
-¿Te ofrezco curar tu enfermedad y preguntas por Demian?-
“Lo pillo” se dijo así mismo, esto era una oportunidad de recuperar a Demian de tener una nueva vida y buscar y buscar chicas.
Su Egocentrismo creció rápidamente al darse cuenta que no era del todo malo.
-Jeiz- Río mientras caminaba hacia ella y tocaba su hombro
-Amargada, no entiendes de esto, acepto todo lo que me propusiste, mi amada amiga, ahora tengo que patearle el culo a alguien que se lo merece-
Con un guiño en el ojo se fue corriendo dejando a Jeiz, que a la distancia vio como sonreía y se cruzaba de brazos.
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